La
irrupción de las nuevas tecnologías ha generado un alto grado de
interconectividad y son muchas las
organizaciones de diferentes perfiles y sectores que se han lanzado a
interesantes iniciativas de comunicación
a través de los social media como
una herramienta corporativa para conversar y escuchar a sus públicos.
Poco discutida
es ya la capacidad de influencia que un blog tiene como medio adicional idóneo
para obtener información y compartir opiniones de forma fluida. Los blogueros
se han convertido en líderes de opinión apreciados por los usuarios de la red y
deseados por las marcas como prescriptores.
Las
empresas han comenzado su inmersión en esta transformación sin retorno y, aunque
aún queda camino por recorrer para explotar
su potencial, algunas de ellas han sabido entender el nuevo esquema de comunicación participativa y han encontrado
en el blog un canal de escucha y conversación idóneo. Pero, ¿y las instituciones?
Hacemos un breve repaso por los
principales órganos institucionales de España y el saldo final resulta… negativo.
Ni la Casa Real, ni el Congreso, ni el Senado cuentan con una bitácora. Tampoco La Moncloa. Si bien es cierto que son bastantes los políticos que han editado su blog -con
diferente nivel de dedicación -, conscientes de la importancia que tienen al
ser capaces de generar opinión con cierto éxito. También son varios los periodistas
que a través de sus bitácoras nos acercan la actualidad política.
Continuamos con la indagación y
ni rastro en el Consejo General del
Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, el Banco de España, el Consejo
Económico y Social o el Tribunal de Cuentas.
A su favor, todos han hecho esfuerzos y progresos
en redes sociales como Twitter, Facebook y Youtube, principalmente. Pero ¿qué hay de una bitácora en las
instituciones como órganos supremos en representación del pueblo?, ¿están
dispuestas a formar parte del diálogo escrito sobre su servicio al que muchas
empresas ya se han apuntado?, ¿están en disposición de escuchar atentamente lo
que se dice de ellos?, ¿no es acaso el
blog una herramienta complementaria para acercar a los ciudadanos su funcionamiento,
responsabilidades, tareas, etc… en todos sus detalles permitiéndoles conocer de
primera mano lo que sucede en su día a día?, ¿no es el blog una herramienta de
valor para llegar a la ciudadanía?
En el actual contexto de crisis muchas de estas
instituciones han visto deteriorarse e incluso esfumarse la imagen de prestigio
que habían atesorado durante años. Recuperar la confianza, el crédito y el
respeto requiere de una transparencia mayúscula que, además de en muchos otros
canales, parece puede encontrar en una bitácora relacional la herramienta
adecuada para crear una relación más estrecha con los ciudadnos, al aportarles
una personalidad más cercana y atenta a sus necesidades.
Miramos a los líderes y pioneros en este entramado
interactivo, siempre es conveniente seguir y fijarse en tus análogos, y… sí, la
Casa Blanca cuenta con una bitácora.
¿Crees
que las instituciones españolas deberían tomar ejemplo y considerar el blog
como canal de conexión e interacción con la ciudadanía a la que representan?
(Autor: Edurne)